logo Denominacional;

logo Denominacional;

viernes, 29 de abril de 2011

reaccion al acto de ordenacion al Sento Ministerio

Rvdo. Edward Rivera Santiago
Pastor General Iglesia Evangélica Unida de Puerto Rico
Compañeros/as del Cuerpo Pastoral
Hermanos y hermanas de la Iglesia Evangélica Unida de Puerto Rico

Amadas/os en Cristo;
Quiero expresar mi agradecimiento a nuestro Dios porque en su infinita bondad y misericordia me llamó al Ministerio Pastoral. Este pasado domingo 3 de abril viví una de las experiencias más significativas de mi vida al recibir las órdenes ministeriales y el cargo de Presbítero de la Iglesia Evangélica Unida de Puerto Rico.
La ceremonia fue una de las más hermosas experiencias que he vivido. La oración de cada compañero, las palabras de afirmación y acompañamiento las llevaré grabadas por el resto de mi vida en mi corazón. Las expresiones de cariño tanto del Cuerpo Pastoral así como de los hermanos/as nuestra congregación de Villa Flores y otras congregaciones son muy significativas y a su vez alentadoras.
El Rvdo. Edward Rivera decía en la ceremonia que algo cambiaba a través de esta ceremonia en nuestra vida. Ciertamente algo cambió en mi ser, lo intentaré expresar, pero es algo que solo al vivirlo entiendo se puede comprender el significado de esta experiencia.
Se cuenta la historia de un aventurero que llega a un país donde hay una gran montaña, la cual dice una leyenda que en su cima, que es muy elevada y muy difícil de llegar, había un gran tesoro el cual otorgaba un gran riqueza y sabiduría a quien lo pudiese alcanzar. Aquel aventurero miró con asombro la grandeza de la montaña y emprendió el camino de subida.
Al comenzar a escalar encontró una pareja de ancianos muy pobres, quienes habían comenzado a escalar hacía muchos años pero se habían gastado todos sus recursos y todas sus fuerzas. Estos ancianos hospedaron al viajero y de lo escaso que había en su alacena le dieron de comer, le ofrecieron la única cama que había en la casa. Al amanecer le despidieron con un bulto lleno de comida para el camino. Se marchó sin agradecer la hospitalidad de aquellos ancianos, porque estaba muy preocupado por llegar a la cima.
Continuó su ascenso el aventurero, pero al llegar a la mitad del camino estaba tan agotado que casi se rinde. Pensó regresar hacia atrás. En una cueva en la ladera de la montaña escuchó un sonido musical. Al asomarse encontró un grupo de personas que allí descansaban juntos y se daban ánimo los unos a otros cantando, compartiendo su comida. Escuchó por largo tiempo las historias de otros aventureros, quienes contaban sobre los años que les había tomado llegar hasta allí y como seguían adelante porque entendían que habían emprendido una aventura sin igual. El aventurero después de observar a los demás emprendió nuevamente su rumbo. Se apresuró para ganar ventaja de los demás.
En el camino encontró un niño que jugaba con una roca, la cual soñaba que era un balón de futbol. El niño le invitó a jugar, le narró que el partido que disputarían sería el campeonato del mundial, pero le dijo que no tenía tiempo que perder, “eso de soñar es perder el tiempo”, el viajero tenía que llegar a la cima.
Continuando su escalada encontró en el camino muchas personas, con diferentes historias, anhelos, necesidades. De cada encuentro llevó consigo muchas experiencias de solidaridad, amor, renovación de fuerzas, amistad, pudo ver la risa, las lágrimas, el esfuerzo, la frustración. Pero de todas las experiencias se marchaba rápidamente, porque tenía en su mente una sola cosa, llegar a la cima.
Por fin llegó el día más esperado, el aventurero llegó a la cima. Cuando alcanzó lo más alto de la montaña, se dio cuenta que en la cima no había ¡NADA!!!!!!
Allí al contemplar todas las experiencias, la gente que había conocido, se dio cuenta que la riqueza de la aventura no se encontraba en la cima, sino en cómo su vida había sido enriquecida por el viaje. Entonces pudo valorar ese encuentro en el camino con el otro y la otra que nos enseña y nos transforma.
Este domingo pasado, mientras recibía las órdenes ministeriales, medité en como mi vida ha sido transformada por el camino que me llevó a la Ordenación. Meditaba como los aciertos así como los “fracasos”, las alegrías así como las tristezas, en fin toda la gama de experiencias que he vivido me han hecho crecer, madurar, me he enriquecido en el viaje.
Me ha enriquecido la gente con la cual he compartido mi viaje. Mi amada esposa, Elinés Franco Medina, quien me ha acompañado con un amor inagotable, pastoreándome cuando he sentido que he perdido el rumbo en el camino. Elinés, eres lo mejor de mi vida, soy muy feliz de ser una persona contigo. Mi vida se ha enriquecido con tu amor y tu ternura.
Mis compañeros y compañeras del Ministerio pastoral que han estado presentes en el viaje. Mis feligreses, quienes me han demostrado un amor y respeto a través del camino, allí radican mi riqueza. En esa interacción del día a día, en la visita pastoral, en la predicación, en la consejería, en las salas de clase del Seminario, en el camino al Seminario y de vuelta a casa que compartí con Alex, Molly y Macho; tengo tanta riqueza por la gente que he tocado y me han tocado en este viaje que ningún tesoro lo iguala.
Mi vida ciertamente cambió, porque sentí la responsabilidad compartir con mi gente, las comunidades circundantes a mi parroquia, mi Iglesia Evangélica Unida todos los tesoros que me han formado y que continuarán ayudando a formar otras vidas para la Gloria de Dios. Me transformó el viaje, la ceremonia hizo que todas las experiencias cobraran un nuevo sentido en mi vida.
Me cambió pensar que mi pequeño, Héctor Adrián Torres Franco, quien nacerá en unos meses y me mirará con sus ojos hermosos y me pedirá que le narre mi viaje, qué me ha formado, qué significa la Iglesia y el Señor Jesús para mí. Me inspira poder narrarle mis alegrías, así como mis errores de los cuales he aprendido tanto. Me inspira ser auténtico y transparente con él y narrarle las veces pensé abandonarlo todo, pero cómo el Santo de Israel me tomó de la mano, me impartió nuevas fuerzas y me levanté para seguir adelante, lleno del gozo y el amor de Jesús. Quiero que no vea solo al Reverendo detrás del clerical, que conozca mi viaje, para que él pueda emprender su propio viaje hacia aquel propósito por el cual Dios le envía a este mundo. Me inspira que mi viaje le dé herramientas a Héctor Adrián para su jornada. Me inspira, que algún día con orgullo el pueda pensar, cuando se encuentre en una de las encrucijadas que en su vida enfrentará, “mi papá lo logró, no se quitó ante la adversidad, Yo Puedo también llegar”. Que aprenda a confiar en la fidelidad del Santo de Israel como yo he aprendido en mi viaje.
Me cambió pensar en mi patria, que no necesita más religiosos muy ruidosos que no dicen nada constructivo o callados, llenos de temor. Me inspira que mi patria necesita profetas, soñadores y poetas, que puedan imaginar un mejor mundo, que se atrevan a proponer nuevos rumbos para un nuevo Puerto Rico y que se atrevan a apuntar el camino. Que caminen aunque el mismo infierno se levante, a forjar de la mano del Jesús apasionado, soñador y fiestero una nueva realidad, un nuevo Puerto Rico para todos/as.
Me cambió pensar en mis amados padres, Doña Emma Brignoni y Don Miguel A Torres, quienes con amor y pasión me dieron vida, me cuidaron con esmero y continúan cuidando de mí a mis 36 años. Mi agradecimiento a mami y papi porque me dieron lo mejor a mí y mis hermanos, se desvistieron para vestirnos, se sacrificaron para educarnos, pero sobre todo me enseñaron el camino a Jesús, la honradez, la humildad, la honestidad y muchos otros tesoros que me acompañarán siempre; con amor les dedico esta ordenación. Mi mayor honra es hacerles sentir orgullosos de su amado “Negro Gardo”. Todo lo que he alcanzado y lo que he de alcanzar se los debo a ustedes. ¡Los amo con todo mi ser!
Me cambió pensar en mis amados hermanos, Nesty y Reggie: gracias por que los tres compartimos un solo corazón. Cada día están conmigo y yo se que yo voy con ustedes por doquier. Veo el orgullo con que dicen “Mi hermano es Pastor” a todos los que conocen. Yo cada día digo con orgullo que ustedes son mis hermanos.
Agradezco a mi amado “pástor” el Rvdo. Carlos L González, quien predicó un excelente mensaje. Mi amado padre espiritual proclamó un mensaje poderoso, que nace de su experiencia de muchos años en el Ministerio. La sabiduría de sus palabras lo puso a la altura de cualquier teólogo pastoral. Carlos, en una expresión de nuestro pueblo: “la pusiste en la China”
Mi agradecimiento a nuestro amado Pastor General, el Rvdo. Edward Rivera Santiago, quien nos pastorea con amor, nos exige que demos más de nosotros/as, nos estimula a mí y mis compañeros/as a dar lo mejor de nuestra vida para servir a Dios y a nuestras Congregaciones con pasión y excelencia. Mi agradecimiento a usted porque ha sido un amigo y un pastor por más de 10 años para este servidor.
Mi agradecimiento a los compañeros Pastores y Pastoras que estuvieron presentes, en especial el compañero Pastor Tito Santiago que con su presencia me hizo sentir muy honrado y contento. Tito y Edma, mi oración les acompaña y el Dios que nos sorprende está con ustedes siempre.
Mi amado Salvador Jesús, te debo todo a ti. Me diste vida, le diste razón a mi existencia. Me llamaste por mi nombre con una voz dulce que escucho en mi corazón cada día que abro mis ojos a la luz cada día. Mi vida completa está rendida a tus pies, haz tu voluntad en mi vida. Agradezco que me permitieras recibir las Órdenes ministeriales, pero agradezco sobre todas las cosas que entregaras tu vida por mí, por la humanidad y que tu amor continúe iluminando mi camino.
En Cristo Jesús;

Rvdo. Héctor E Torres Brignoni