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viernes, 22 de noviembre de 2013

Lucas 4: 1-3 El atajo de un triunfo fácil

Lucas 4: 1-3 El atajo de un triunfo fácil Esta semana comenzó el tiempo de cuaresma que marca los cuarenta días antes de la semana santa. Lamentablemente la iglesia protestante puertorriqueña no celebra y aprovecha este tiempo por esa ignorancia que eso es algo solo para los católicos. Es el tiempo donde la Iglesia intencionalmente busca prepararse y evaluarse a través de la oración, el ayuno, es como un retiro agrandado por cuarenta días que nos preparara para ver qué ha de enseñarnos la pasión y resurrección de Jesucristo, qué cosas requieren transformación y redención en nuestra vida. Si usted piensa que ya Jesús le dijo todo lo que tenía que decirle desde la cruz o que no necesita aprender nada nuevo de la semana santa, déjeme decirle lo que Jesús le dijo a Nicodemo, “tienes que nacer de nuevo”. Hoy tenemos de frente un tema muy importante para el desarrollo de la fe de cada creyente, además de uno de los temas más sacados del contexto vital del mismo. Una de las pruebas que atraviesa nuestro desarrollo de la fe es lo que conocemos como la tentación. La tentación puede ser un bizcocho para un diabético, una cerveza para un alcohólico, un casino para una persona adicta al juego, en fin, puede significar muchas cosas. ¿Qué es la tentación para el creyente? Jesús de Nazaret según nos narra el texto bíblico enfrentó la tentación. La historia que nos narra el evangelio de Lucas, quien la ha tomado de la tradición y la ha redactado de una forma fantástica, nos plantea que enfrentar tentaciones múltiples y variadas para una persona creyente en este mundo es una realidad que no se puede evitar. Como Jesús fue tentado, así cada uno de nosotros/as como creyentes nos enfrentaremos a la tentación tarde que temprano, más arriba o más abajo, pero ciertamente nos enfrentaremos. Tentación- invitación a desconectarnos de nuestra fe para actuar como personas sin fe en Dios y su fidelidad. La tentación es una invitación llamativa, pero muy sutil a que abandonemos la fidelidad de Dios o que antepongamos los deseos personales al plan que Dios tiene con nuestras vidas. El resultado de ceder a la tentación siempre resulta en la mancha y el dolor del pecado. Por grande o pequeña que parezca la cosa, el pecado siempre tiene el efecto de hacernos fallar a cumplir la voluntad de Dios. Tiene el efecto de hacernos quitar la mirada del blanco de la soberana vocación para ir detrás de satisfacciones o cosas pasajeras poniendo en riesgo lo eterno. En mi pueblo una vecina decía que eso era como “cambiar chinas por botellas”. La tentación es una Oportunidad que se presentan como una cosa muy buena sin hablar de los riesgos a la salud espiritual, emocional y mental, la salud de la familia y la comunidad de creyentes. Si hermano/a, la tentación que usted enfrenta tiene que ver con la comunidad de creyentes. Lo que usted haga al desconectarse del evangelio de Cristo da espacio a que las personas que lo ven lo señalen, pero a su vez señalarán a Cristo, a su pastor/a, a sus hermanos/as, a la comunidad cristiana en general. En un país que tenemos una mala costumbre de generalizar y de poner etiquetas, sus acciones que se desconectan de la fe (todo lo que no procede de fe es pecado) tiene un efecto más grande del que se aprecia a simple vista. En nuestro país hay un grupo de personas que están vendiendo los dinares, la moneda oficial de Irak, prometiendo a los que la adquieran que se harán de una fortuna incalculable una vez la economía de ese país mejore. Mi mamá tiene compañeros/as de trabajo que han invertido hasta $5,000 dólares en dinares, por que cuando eso rinda frutos tendrán y que como $50,000 a cambio según le prometieron. Tiempo atrás un economista serio decía que todos esos ofrecimientos de mucho rendimiento es casi imposible que se hagan realidad. Además preguntaba: ¿Quién en un tiempo de tanto individualismo como el tiempo que vivimos va a prácticamente “regalar” una moneda que va a producir tanto beneficio? Pero la tentación es así, una promesa de gozo, beneficio, bienestar, placer que sus riesgos superan por mucho sus beneficios. Una inversión donde los riesgos superan por mucho los beneficios es muy riesgosa. Según la teoría de este mundo con los grandes riesgos vendrán las grandes recompensas, esto podría funcionar, pero no cuando esos riesgos comprometen la integridad, la fe, la moral, el testimonio, la vida eterna, la salvación. ¿Cómo Jesús enfrentó y desactivó la tentación? • No solo de pan vive el ser humano: la necesidad física no puede desconectarnos de la fe y la promesa de que Dios ha de suplir nuestras necesidades. La confianza en Dios se expresa en certeza, seguridad de que Dios ha de ser fiel a sus promesas. La necesidad de Jesús era apremiante, llevaba casi 40 días en ayuno, pero resistió el hambre para ser fiel a Dios. Lo que le pedía el tentador a Jesús era algo posible, pero era un atajo, el bienestar personal de Jesús antes que la voluntad de Dios. Era sucumbir a hacer su fe y su llamado un espectáculo público o motivo de burla. Jesús se refugió en la Palabra de Dios que nos sostiene y nos levanta cuando todo lo demás falla. El valor del ayuno en la vida del creyente es ese; nos enseña a no tratar de manipular a Dios o la fe para nuestro beneficio personal. También Jesús dijo • No tentarás al Señor tu Dios: una persona me preguntaba Pastor si yo oro mucho por tal cosa, ¿Qué va a pasar, Dios me lo va a cumplir? Mi respuesta fue que no, Dios no tiene obligación de responder a nuestras peticiones tal como las queremos, por más que negociemos no podemos dejar de entender que lo que el Señor está trabajando en nuestras vidas es lo mejor y siempre obrará para bien. Los planes de Dios no responden a nuestras exigencias o nuestros deseos, responden a su plan para nuestras vidas. Se requiere usar el sentido común, la sabiduría, la sagacidad para no intentar tentar a nuestro Dios a que cumpla nuestras exigencias, porque él no lo va a hacer. Si usted se tira del edificio y no lleva un paracaídas, déjeme adelantarle que se va a dar una gran reventada y si fallece cuando llegue a la presencia de Jesús, él le dará como decía un profesor mío, palabras de aliento y esperanza: “mi hijo/a eso te pasa por presentao”. • Al Señor tu Dios solo adorarás; la tentación es un llamado a interponer algo que llame nuestra atención y nuestra fidelidad la cual le debemos a Dios. A Dios solo debemos adorar, con toda nuestra vida, no hay riqueza ni tesoro tan grande como que Dios tenga el lugar que le pertenece en nuestras vidas. Pero como dijimos la tentación es sutil, no necesariamente es una experiencia como la de Jesús. ¿Qué cosas ocupan el lugar de Dios, el tiempo de Dios, la fidelidad a nuestro Dios en este tiempo en nuestra vida? La tentación para poder desactivarla • Reconocer las cosas, eventos, ofrecimientos, deseos que nos apartan del propósito. Evaluar las cosas por el crisol de la Escritura, no negar lo que es obvio que se ve mal. Un senador fue convicto por recibir un viaje con todos los gastos pagos a las Vegas, Nevada, lo evidente es que por su posición lo estaban tratando de sobornar, el posiblemente pecó de ingenuo y ahora eso le costará la libertad. Evite pensar lo que todos los que se escocotan piensan: “eso no me va a pasar a mí” el que juega con fuego, eventualmente se quema… • Conocernos y mirarnos a la luz de la Escritura, conocer la Escritura, vivir en y por la Palabra de Dios cada día. • Usar esa Palabra para combatir la tentación, refugiarse en la confianza que produce la fidelidad de Dios en nuestras vidas.

viernes, 8 de noviembre de 2013

El cordero y el león en la plaza de Salinas

Isa 11:1-9 Lucas 4 El cordero y el león en la plaza de Salinas Esta semana antes de llevar a mi amado hijo Héctor Adrian a cuidar a casa de sus abuelos lo observaba jugando con un camión en el cual se montan los animales del zoológico de juguete que ocupa toda la sala de nuestra casa. En su inocencia tan hermosa el montó al mismo tiempo un león con una vaca, una cebra con un tigre, todos juntos. Me reía al verlo pensaba “que clase de banquete se van a dar esos animales, bendito el nene no sabe” pero al leer el texto bíblico de Isaías me doy cuenta que el que no sabe nada soy yo y con su dulce inocencia mi amado hijo me hizo ver que el anhelo del Dios bíblico en todas las edades es que se establezca su Reino en donde el cordero y el león crían sus cachorros juntos, donde es revertido el efecto dañino y toxico del pecado y el ser humano vuelve a vivir en la presencia del Creador en paz, gozo, armonía perfecta entre todas las cosas. Ese anhelo se ve en la persona de Jesús cuando en enseñándonos el Padre Nuestro dijo “venga tu Reino, hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”. El deseo de Dios contrario a lo que a veces escuchamos decir a muchas personas creyentes es llenar la tierra con su gloria como dice Isaías y que esa gloria transforme la tierra, el caos en paz, el dolor en sanidad, la tristeza en gozo, lo temporero en eterno. Por eso Cristo se encarna para transformar la historia humana en una de redención y reconciliación. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia nos dijo Jesús. Por tanto en esta mañana, quiero afirmar que Dios no necesita una Iglesia que viendo las cosas difíciles recurra a soluciones escapistas. Decir que las señales se están cumpliendo es hacer una mala interpretación del apocalipsis. Cuando en medio este mundo dolido y convulso una persona acepta a Jesús como salvador, cuando un joven rechaza las ofertas tentadoras del mundo y decide seguir a Cristo, cuando un enfermo se levanta de su cama con la ayuda de manos amigas solidarias, cuando la depresión es quebrantada por la imposición de manos y la oración, entonces creo que las señales se están cumpliendo, Dios está sanando, liberando, cuando así trabajamos para expandir los horizontes del Reino de Dios entonces se cumple el clamor del Espíritu y la Iglesia en el Apocalipsis, que dice Jesús, estamos haciendo tu voluntad ven por favor y redime la creación, redime nuestras vidas, transforma nuestra historia para gloria de Dios. Tenemos que ser una iglesia valiente, que proclama que ha llegado el tiempo bueno para acercarse a Dios. Una Iglesia que conoce que su Salvador la llama a anunciar esperanza donde no la hay, a llevar perdón donde existe el dolor y la sed de venganza, que habla de gozo (diferente a la alegría) en medio de las tribulaciones que cada día nos aquejan. Estas aquí en esta mañana no por esas cosas de la vida, sino porque Dios te ha salvado y te quiere usar para expandir su Reino. Estas aquí porque en su perfecta voluntad Dios está tratando contigo. Tanto Dios está trabajando en nuestra vida como individuos así como comunidad de fe la cual se estableció aquí con un propósito sagrado. Queremos afirmar ante este hermoso texto que; 1. Dios te llama: ¿escuchas su voz? ¿has podido ir entendiendo cada vez más claro tu propósito en la vida? Dios te trajo hasta aquí para que en la vida de comunidad de fe descubras el propósito de Dios para tu vida. Esto es un proceso que nos toma toda la vida, pero hay que ser intencional, proactivo e incansable en la búsqueda de Dios para entender el propósito de Dios para nuestra vida. Eso nos abre el entendimiento para poder comprender nuestra historia personal y como todos los caminos recorridos (buenos o difíciles) han sido parte del moldear del espíritu santo en nuestra vida. También queremos afirmar que 2. Escuchamos el llamado de Dios como comunidad de fe: la fe no es para vivirla como el llanero solitario. Es para vivir la experiencia de la salvación y la vida abundante en relación, comunión y amor con mi semejante. La Iglesia Dios la puso aquí hace mas de cien años para prepararnos para la fe, y para usarnos como instrumento. La pregunta que debemos hacernos a la luz del llamado de Dios es la siguiente (aguántese que es dura) ¿estamos cumpliendo la misión específica de Dios para esta congregación o hemos creado una que complace nuestros deseos y exigencias? Todo creyente es llamado a predicar pero ¿a quién? ¿Dónde está nuestra misión aquí en Salinas? ¿Qué proyectos o trabajos tenemos que hacer como Iglesia? Dios nos llama a vivir en comunidad y a ser una Iglesia “PERTINENTE” para la sociedad moderna. No es cambiar el mensaje, el pecado es pecado, pero transformar nuestras estrategias de comunicación del Evangelio para que estas sean pertinentes a la gente que Dios nos llama a servir y no sean por el compromiso de llenar un papel de trabajo. También afirmamos que... 3. Dios ha llenado este Templo con su Gloria para que como obreros expandamos las estacas del Templo hacia donde nos dirija el Espíritu: ser obreros que ven la gloria de Dios y bajan de esa gloria con sus rostro brillante por haber estado en la presencia de Dios y va a cumplir su llamado como parte de contagiar a otros con esa gloria hasta que el conocimiento de la gloria de Dios cubra la tierra como las aguas cubren el mar. Para que cuando Jesús venga nos sorprenda haciendo su voluntad, anunciemos su esperanza, para que un día el cordero y el león estén sentados en la plaza pública de Salinas y la gloria del Señor cubra esta ciudad como las aguas cubren el mar. Al llegar a la mesa del Señor afirmamos que tenemos esperanza de ver realizado el sueño de Dios para la humanidad.