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domingo, 7 de febrero de 2010

Estudio Biblico El culto familiar domingo 7 de febrero de 2010

El Culto Familiar: La Familia que ora unida
La familia en nuestra sociedad puertorriqueña tiene que ser el valor primero. Esta es la que sustenta, fomenta el bienestar y seguridad a todos y todas. La Familia continúa siendo el mejor refugio frente a la turbulencia social que se ha desatado en nuestra tierra. La familia es el reductor de calor en un mundo helado e indiferente.
Afirmamos que la familia es el lugar para vivir en un clima de amor, generosidad, solidaridad y entrega. Por tanto es responsabilidad de la familia sembrar y desarrollar la Espiritualidad de sus miembros. La oración y el compartir la Palabra de Dios debe ser un momento sagrado para las familias cristianas.
Debemos entender la familia como el espacio de la revelación de Dios donde cada persona recibe la presencia y el toque de Dios. La Escritura nos llama a vivir los valores del Evangelio y del Reino de Dios en nuestra familia para que la misma se desarrolle saludablemente. Vivimos en una sociedad donde el individualismo se quiere implantar como una norma, donde la cultura adquiere rasgos de individualización. En nuestras Iglesias hay muchas familias frágiles. Debe ser nuestro reto acoger y compartir la Palabra de Dios en nuestras familias. La familia es un proyecto que nace en el corazón de Dios. Nos tenemos que preguntar qué tipo de familia queremos y debemos trabajar para crear esa familia de la cual Dios es el centro y sostén.
Un detalle que debemos rescatar del NT es “la Iglesia en casa” (Rom 16:5ª; I Cor 16:19; Col 4:15). Esto implica que la familia es el lugar primario y por excelencia para el desarrollo de la fe y para la educación cristiana. La familia tiene un gran lugar en el Plan de Dios para educar y transmitir la fe a sus miembros de modo que se acerquen a Jesús y le puedan conocer como Salvador Personal. La edificación de la vida familiar debe inspirarse en la enseñanza de Jesús en Mateo 7:24-25. La familia edificada sobre la roca de la eternidad permanece firme ante los embates de la vida.
Tenemos que aprender a vencer nuestras excusas (estoy cansado/a; no tenemos tiempo; los hijos/as no van a querer participar; hay muchas cosas que hacer; trabajo afuera…). Recuerde, el día tiene 24 horas, hay que realinear nuestras prioridades para dar espacio de calidad para cultivar la vida espiritual de nuestras familias .
¿Cómo establecemos un culto familiar?
1. Empiece por separar un momento para celebrar el culto familiar.
a. Busque un momento que sea cómodo para todos y todas. Haga el tiempo del culto familiar uno sagrado, tenga disciplina con el horario y el día que escoge. Es recomendable separar 30 minutos una o dos veces en semana.
b. Abrase a sugerencias sobre cuándo se puede celebrar el culto familiar
c. Sea flexible, pero no deje de celebrar su culto familiar. Establezca la disciplina, esto le puede tomar tiempo.
2. No tiene que utilizar la liturgia tradicional de la Iglesia. Sea pertinente a las necesidades de su familia.
a. Usted conoce los miembros de su familia, no los obligue a hacer cosas que le resultan incomodas.
b. Sea creativo/a. Integre elementos que le sean simpáticos y atractivos al momento del culto familiar (películas, canciones, manualidades, conversaciones para reflexionar). Sea sencillo
c. Puede utilizar los temas del Calendario Litúrgico de la Denominación como base para el culto familiar.
3. Incluya un momento de oración y de compartir peticiones o preocupaciones
a. Incentive a los miembros de la familia a orar. Recuerde que “el corazón de la oración es la oración del corazón”.
b. No corrija a un mimbro que exprese alguna frustración con Dios, la Iglesia, etc., respete la individualidad de la familia.
c. incentive la espontaneidad y la sinceridad de los miembros de su familia.
4. Fomente la reflexión que analiza con apertura las preocupaciones de los miembros de la familia a la luz del amor y la fidelidad de Dios.
5. Invite a los miembros de su familia a identificar algún momento donde han identificado la acción de Dios en sus vidas. Si no lo pueden expresar, ayúdelo a reflexionar e invítelo a estar atento/a a la acción de Dios en su vida.
6. Puede utilizar el salmo 95 como modelo para la construcción de su estructura devocional
a. Sal 95:1 Vengan, cantemos con gozo al SEÑOR, Aclamemos con júbilo a la roca de nuestra salvación. (iniciar con alegría y regocijo por estar ante Dios)
b. Sal 95:2 Vengamos ante Su presencia con acción de gracias; Aclamemos a Él con salmos. (acción de gracias por la semana, como vimos a Dios obrar en nuestra vida)
c. Sal 95:3 Porque Dios grande es el SEÑOR, Y Rey grande sobre todos los dioses, Sal 95:4 En cuya mano están las profundidades de la tierra; Suyas son también las cumbres de los montes. Sal 95:5 Suyo es el mar, pues El lo hizo, Y Sus manos formaron la tierra firme. (reflexión bíblica sobre el amor y grandeza de Dios, destacar los valores del reino de Dios, la fe y la confianza en Dios)
d. Sal 95:6 Vengan, adoremos y postrémonos; Doblemos la rodilla ante el SEÑOR nuestro Hacedor. (terminar postrados en adoración, oración y en reconocimiento del amor de nuestro Dios y su fidelidad)
Tenemos una responsabilidad ante Dios por nuestra familia. La fidelidad al Plan de Dios trae resultados positivos. Si no lo tiene por costumbre, comience y verá la diferencia en la vida de los suyos.

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