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lunes, 1 de febrero de 2010

domingo 31 enero/2010 Conmemoracion Aniversario 79 IEUPR

Psa 145:1-10 NBLH Salmo de Alabanza; de David. Te exaltaré mi Dios, oh Rey, Y bendeciré Tu nombre eternamente y para siempre. (2) Todos los días Te bendeciré, Y alabaré Tu nombre eternamente y para siempre. (3) Grande es el SEÑOR, y digno de ser alabado en gran manera, Y Su grandeza es inescrutable. (4) Una generación alabará Tus obras a otra generación, Y anunciará Tus hechos poderosos. (5) En el glorioso esplendor de Tu majestad, Y en Tus obras maravillosas meditaré. (6) Los hombres hablarán del poder de Tus hechos portentosos, Y yo contaré Tu grandeza. (7) Ellos proclamarán con entusiasmo la memoria de Tu mucha bondad, Y cantarán con gozo de Tu justicia. (8) Clemente y compasivo es el SEÑOR, Lento para la ira y grande en misericordia. (9) El SEÑOR es bueno para con todos, Y su compasión, sobre todas Sus obras. (10) SEÑOR, Tus obras todas Te darán gracias, Y Tus santos Te bendecirán.


La IEUPR está celebrando a través de todas sus congregaciones en el día de hoy el aniversario #79 de la fundación de nuestra Iglesia. Esta Iglesia se compone de 66 congregaciones y 9 capillas, entre las cuales se destacan la obra nueva de Guayama, Coamo y Mayagüez.
La Iglesia Evangélica Unida de Puerto Rico (IEUPR) nace el sábado 28 de enero del año 1931 en el templo de Fajardo y es producto de la unión de tres denominaciones históricas: la Iglesia Congregacional (norte y este), la Iglesia Cristiana y la Iglesia Hermanos Unidos (sur) . Estas Iglesias, junto a otras denominaciones, llegaron a Puerto Rico como consecuencia de la invasión de los estadounidenses a la Isla durante la guerra hispanoamericana. Varias de estas denominaciones que conocemos como las históricas comienzan a trabajar unidas desde 1905 contemplando la idea de laborar juntas para realizar una mejor tarea evangelística y social en la isla. De estas conversaciones surge la “Evangelical Federation”, que pasa a ser sustituida por la Unión Evangélica de Puerto Rico en 1916. Esta organización que estaba comprendida por representantes de las Iglesias Bautistas, Metodista, Congregacional, Discípulos de Cristo, Presbiteriana, Hermanos unidos y tenía como propósito según su constitución en el artículo II “el propósito de la Unión Evangélica de Puerto Rico es promover la cooperación entre varias denominaciones en Puerto Rico en todas las formas de actividad cristiana” .
Fruto de esta unión es el periódico “Puerto Rico Evangélico” ya desaparecido, el Seminario Evangélico de Puerto Rico, los hospitales presbiterianos, el instituto tecnológico de San Germán, hoy la Universidad Interamericana entre otros ministerios.
De la IEUPR nacieron el Hospital Ryder Memorial en Humacao y el desaparecido Instituto Blanche Kellogg, escuela de enfermeras misioneras en Santurce entre otras instituciones de servicio a la comunidad como los colegios evangélicos, la casa AFAPS, albergue para pacientes terminales de SIDA. Tengo que testificar que mi hermano Pablo Luis, quien ya falleció recibió servicios de este ministerio y fue de bendición para el alargándole la vida por varios años. Hoy tenemos en nuestra ciudad la Casa Dorada, un proyecto de vivienda para ancianos que nace de la congregación de la Marina.
Para 1930 se redacta la primera resolución y plan de organización para la Iglesia Evangélica Unida de Puerto Rico. En las conversaciones de 1930 participaban activamente 37 representantes de siete denominaciones. De este movimiento solo quedaron tres iglesias unidas, las demás denominaciones fueron retirándose de las conversaciones, la mayoría de estas por presiones de las oficinas centrales en los Estados Unidos. Aun ante estas presiones, tres iglesias continúan con el proyecto de unidad hasta fundirse en una sola Iglesia Evangélica Unida de Puerto Rico.
La unidad en un momento histórico como el que vivimos donde nuestra sociedad nos invita a ser individualistas, ego centristas, es un ideal que representa los valores del Reino de Dios de forma magistral. Para forjar esa unidad de la cual hoy damos testimonio, las personas que estuvieron allí presentes en las asambleas, en las reuniones tuvieron que aprender a despojarse de su orgullo y pretensión, de sus costumbres, incluso hasta del nombre de su Iglesia para demostrar su amor para el proyecto de Dios. El forjar la unidad en la diversidad no es fácil, continúa siendo un reto que hemos abrazado con valentía. La unidad representa el carácter de Jesús quien nos ama a todos y todas en nuestras diferencias, no excluye sino que incluye.
La IEUPR mantuvo sus relaciones con las oficinas denominacionales de las Iglesias madre hasta 1980, cuando se retiran los misioneros norteamericanos que actuaban como superintendentes. La Iglesia Evangélica Unida de Puerto Rico mantiene el ideal de unidad entre todas las denominaciones de nuestra isla. Aspira ser el modelo para la Iglesia puertorriqueña así como para países vecinos que se atrevan a afirmar la riqueza y la unidad en la diversidad.
La IEUPR se afirma como iglesia puertorriqueña, que se ha desarrollado puertorriqueña, en nuestro contexto puertorriqueño, que ha hilvanado un pensamiento teológico y hermenéutico propio que responde al contexto social y cultural de nuestra sociedad. Somos la única denominación histórica que ha producido sus documentos teológicos propios, además de su constitución y reglamento. La IEUPR se afirma como una Iglesia autóctona y autónoma, que camina entre la gente y busca ser instrumento de Dios para la transformación, la unidad y la vida abundante.
Al presente podemos decir que tenemos el honor de contar con miembros que han marcado la historia de nuestra isla y más allá de nuestras fronteras. Con orgullo puedo decir que el Rvdo. Dr. Miguel Limardo Sánchez, uno de nuestros pastores más destacados ha sido nombrado como el primer “teólogo pastoral” de origen latinoamericano por la Universidad Interamericana. Su producción teológica literaria, vertida en varios libros ha tocado muchas vidas.
En donde quiera que vamos, podremos encontrar evangélicos unidos destacándose en el gobierno, la universidad, en el campo privado, en la educación a todos sus niveles. Nos hemos destacado en las luchas de nuestro país, por ejemplo uno de los precursores de la lucha en Vieques por sacar la Marina fue el Rvdo. Dr. Osvaldo Malavé, quien fue uno de los fundadores del campamento en obediencia al evangelio. Nuestro pastor general, Rvdo. Edward Rivera Santiago ha sido una de las figuras más prominentes en la lucha por la defensa de los trabajadores y contra los despidos gubernamentales. También tenemos que destacar la figura del Rvdo. Alfredo Santiago, quien luchó por los derechos de los refugiados haitianos en los años 80 que trajeron hasta Fort Allen en Juana Díaz a vivir en condiciones casi infrahumanas.
Aunque dolorosamente nuestra Iglesia, como nuestro país tiende a estar dividida en las opiniones sobre cual debe ser la posición en los asuntos políticos de la Iglesia, ciertamente el llamado del Evangelio de Jesucristo es a caminar con los pobres, los excluidos, los explotados, los marginados de la tierra y en estos tres casos se ha respondido afirmativamente a ese llamado del Evangelio sustancial de Jesucristo.
Hoy quiero afirmar las palabras del Rvdo. Arturo Casillas, un pastor jubilado que expresó hace poco en una reunión de pastores y quiero hacerme eco de sus palabras: “todo lo que soy, se lo debo al Señor y a la IEUPR de la cual soy miembro hace sesenta años.
Como personas que hoy nos congregamos aquí, tenemos que reconocer el legado de esta historia que es parte de nuestra Iglesia. Todos los que estamos aquí en esta mañana, desde los que llevan más tiempo, hasta los que hemos llegado recientemente, entre los que me incluyo, tenemos una responsabilidad con Dios y con su Iglesia para preservar el legado de nuestra denominación. Aquí es que Dios nos trajo para ser parte de su Reino, por tanto debemos enfrentar con valentía los retos que nos presenta el tiempo que vivimos con valor y alegría:
• Desarrollar un compromiso con el crecimiento y avance de la Iglesia: todos y todas tenemos que atraer nuestros amigos y familiares a la Iglesia, porque para eso Jesús nos trajo aquí y ha estado trabajando en nuestras vidas. Hay que echar mano a este compromiso con seriedad, pero a la vez con alegría. Aquí hemos recibido la mejor noticia, el amor de Dios que nos da salvación en Jesucristo, por tanto hay que compartir esa noticia, tomar en serio nuestro compromiso con Dios y con nuestra congregación local. Esta es una tarea y responsabilidad de todos y todas con el Dios de la vida que nos llama. Por otra parte es también hora de
• Desarrollar una espiritualidad sustancial y transformadora: que permee nuestra vida, nuestras actitudes, nuestro animo con el deseo de acercarnos más a Jesús y al otro/a. hay una expresión que la gente dice: “estaban como en Misa” lo que quiere decir que había un silencio y una reverencia notable. Es hora de recobrar ese respeto y admiración por la grandeza de Dios como base para nuestra espiritualidad. No quiere decir que usted no alabe al Señor, quiere decir que cuando llegamos a su casa hemos llegado con la intención de adorarle, no a hablar con el hermano/a, no a dar chistes en medio del culto o al levantarnos a tomar la cena del Señor, hay que llegar a su presencia sobrecogidos por la grandeza del amor de Dios. no hemos llegado a otra cosa a este lugar sino a encontrarnos con el Dios de la vida con el Señor que nos da salvación, por tanto mi estadía en la casa del Señor tiene que mostrar una actitud reverente, de preparación para el encuentro, el momento de bromear llega, de conversar con el hermano/a llega, pero el momento del Señor tiene que ser tomado en serio. Cuando nos acercamos a Dios queremos encontrar su paz, su gozo, su bendición para los días difíciles que vivimos, poder permanecer en pie y firmes en las promesas y bendiciones que hemos obtenido de Dios. para recibir esas fuerzas hay que prepararse, hay que estar atentos/as, hay que profundizar en el conocimiento de Dios, hay que buscar, porque la promesa bíblica para el que busca es que encontrará la bendición de Dios. por tanto, tenemos que
• Tomar en serio el compromiso del llamado del Señor; el salmista dice en el verso 4 que una generación contará a otra de tus grandezas. Hemos recibido el testimonio de muchas generaciones que han impulsado la obra del Señor hasta este lugar. Es nuestro deber contar las maravillas del Señor a esta generación y las venideras, así que abracemos el compromiso con el Señor y con nuestra Iglesia local para que nuestras vidas sean parte de este documento vivo de la historia de la salvación que Dios escribe en nuestras vidas y mostremos al mundo que …así somos, Evangélicos Unidos, pueblo de Dios que viene a la mesa…
• Santa cena

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