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viernes, 2 de abril de 2010

LA FAMILIA CON JESUS EN EL HUERTO DE LA ORACION martes santo 2010

San Marcos 14:32-41 Y llegaron a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí hasta que yo haya orado. (33) Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a afligirse y a angustiarse mucho. (34) Y les dijo: Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad. (35) Adelantándose un poco, se postró en tierra y oraba que si fuera posible, pasara de El aquella hora. (36) Y decía: ¡Abba, Padre! Para ti todas las cosas son posibles; aparta de mí esta copa, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que tú quieras. (37) Entonces vino y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No pudiste velar ni por una hora? (38) Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil. (39) Se fue otra vez y oró, diciendo las mismas palabras. (40) Y vino de nuevo y los halló durmiendo, porque sus ojos estaban muy cargados de sueño; y no sabían qué responderle.

Durante esta semana conmemoramos los eventos más significativos para la fe cristiana, es decir la muerte, pasión y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. La vida de Jesús es fascinante, al extremo que no podemos agotar su belleza ni su significado año tras año, por tanto esta semana santa no es una de repetir los cultos o de hacer las mismas cosas que hicimos en el pasado; hoy es un día que Dios tiene palabra nueva, fresca, nutritiva para nuestro ser, llena de energía para nuestras vidas. Por tanto hoy es tiempo de volvernos a sentar a los pies de Jesús para contemplando su historia, sus vivencias finales en la tierra encontremos palabras de vida que nos preparan para vivir los retos que tenemos por delante. Pero las palabras que preparan y educan también tienen una fuerza de enderezar nuestros caminos, denunciar lo que está mal en nuestro ser para que a tiempo enderecemos nuestras sendas y las alineemos con el plan de Dios para nuestras vidas, en especial el plan de Dios para nuestras familias.
Aunque la semana final de Jesús no tenemos una idea clara del orden exacto en que sucedieron los eventos, hoy volvemos al huerto del Getsemaní con Jesús para orar. Hoy venimos con nuestras familias, aun cuando no todos los miembros estén aquí presentes, traemos nuestras familias al Getsemaní para acercarnos a Jesús que nos invita a conocerle y a ser transformados en nuestras vidas personales, colectivas y familiares a la luz de su presencia. Jesús va al monte, sabiendo que los eventos finales de su vida se acercan. La primera enseñanza que podemos desprender de este momento de la vida de Jesús es que…
1. la crisis y los momentos difíciles requieren de oración, búsqueda de la presencia de nuestro Padre Celestial. Cuando llegan momentos difíciles a nuestra vida, siendo honestos y honestas y sin presumir de nuestra súper fe, nos puede invadir el temor, la tristeza, la frustración, un sentido de impotencia ante las cosas que tenemos de frente. A veces nos vemos tentados a ponernos la máscara de los que todo lo pueden en Cristo que nos fortalece, pero ¿sabes algo?; nuestro Señor sintió en su carne temor, frustración ante la cruz que comenzaba a avecinarse en su panorama. ¡Que mal que nos hemos acostumbrado a negar los sentimientos! Le decimos a los demás “no llores”, no te apures, eso no es nada, cuando alguien se muere le decimos “está en un mejor lugar”, pero eso de negar y reprimir sentimientos no lo aprendimos de Jesús, el lloró por su amigo muerto, se entristeció por Jerusalén que caminaba como ovejas sin pastor, se enardeció contra la injusticia y viró las mesas de los mercaderes del Templo. El mundo está revuelto por que ayer Ricky Martin salió del closet, como diría un familiar “doña Yaya, se hundió el Titanic”; eso no debe sorprendernos. Cuando tú y yo estamos pasando por la crisis, aunque tratemos de negar nuestras emociones, nuestro físico tiende a demostrarlas, se nota de lejos muchas veces cuando la persona está en crisis, aunque diga lo contrario. Pero Jesús para ventilar sus emociones y para estar en sintonía con el Padre, además de encontrar un placer inmenso en la oración, nos cuenta el texto repetidamente que Jesús oraba, se apartaba de la gente, se iba solo para estar con su Padre celestial. Las crisis se resuelven en oración, en la presencia del Señor, se resuelven cerca de la fuente de vida. hoy tenemos que orar, no esperar que otros/as oren por mí para que las cosas se resuelvan, tengo que ir a la presencia de Dios para allí comenzar a entender los propósitos de Dios para mi vida y mi familia. Aunque vivimos muy ocupados/as, hay que sacar tiempo para estar en la presencia de Dios. pero podemos notar que Jesús …
2. no va solo al jardín de la oración, va con sus discípulos, en otras palabras va con su familia. ¿Se ha preguntado alguna vez porque Jesús dijo que donde hubiesen dos o más en su nombre allí él estaría? Porque la experiencia cristiana se vive en comunidad. no hay espacio para los llaneros solitarios en el Reino de Dios. Somos creados/as para interactuar con otros/as, para vivir en comunidad. usted me dirá, “hay cosas que yo no las comparto con nadie” y es cierto, pero eso no significa que la opción sea vivir en la soledad absoluta. Ahí tiene su familia, allí está ese grupo de personas que Dios le dio para que juntos creen un lugar seguro donde refugiarse en una sociedad dura, fría y difícil. Allí está la gente que dios le dio par acompañarle en la jornada de fe, también como familia extendida tiene hermanos/as en la fe para caminar juntos de la mano de Cristo nuestro salvador. Hay que desarrollar compañerismo, solidaridad, buscar compartir metas y objetivos en oración con nuestras familias así como Iglesia. Jesús buscaba entender la voluntad de su Padre en un momento de dureza, mas este episodio no enseña que el buen Padre Celestial (del cual debemos ser copias los padres/madres terrenales) nos da en cada momento lo que necesitamos, no lo que queremos. Contaba un hermano muy amado en la Escuela Teológica que un día se levantó de madrugada a orar cuando era estudiante y se hospedaba lejos de su casa y le pidió al Señor que alguien lo estuviera acompañando en oración en el momento difícil. Al llegar esa semana a su casa, su mamá le preguntó que le había pasado el martes en la madrugada, porque a la misma hora que el joven estaba orando su mamá escuchó su voz en el pasillo, se levantó y le dijo: “te me presentaste en el pasillo y me dijiste “mami, necesito que ores por mi”. Ella comenzó a clamar por su hijo. Es importante que clamemos, que hagamos pactos de oración para que lo que queremos que suceda en nuestra vida familiar se cumpla. En la tv vi un programa de una persona gordita demandando a una dietista porque él le había pagado y no había rebajado. Sabe algo, el tipo es tan brillante que ¡confesó que se había ido de crucero en el tiempo que supone quería rebajar! Lo que deseas que pase en tu familia, búscalo, trabájalo en oración, eso es tu responsabilidad como creyente y miembro de una familia aquí en la tierra. Cuando tú compartes con una persona mucho tiempo, sabes cómo esa persona podría reaccionar en diferentes circunstancias. Muy probablemente Jesús sabía que los discípulos que llevó se ponían medio lentos a la hora de orar y clamar, pero ¿sabes algo? No por eso dejó de invitarlos, les comisionó, los llevó al lugar, se quedaron dormidos varias veces, pero para más adelante en la vida aprendieron la lección de una vez y por todas, a su tiempo el ejemplo de Jesús hizo sentido, las lecciones de vida no son las que comprendemos al instante, son las que llegan a hacer sentido en nuestra propia vida. ¿Cuántas veces usted recibió un consejo y al tiempo dijo “___________ tenía la razón aunque no le entendía”?. Por tanto si tu familia, tus hijos, hermanos, no comprender por qué hay que orar tanto, porque hay que hacer eso del ayuno, no te apures, no dejes de intentarlo porqué a su tiempo entenderán. Por tanto hay que….
3. Orar porque aunque el Espíritu esté presto, la humanidad es débil. Nuestra mente humana no siempre es capaz de comprender los hechos de la vida y donde está Dios cuando esos hechos no cuadran o no tienen sentido. la oración enfoca, ayuda a entender los propósitos de Dios o simplemente nos enseña a esperar en el Dios que cumple su Palabra y sus promesas. Dios es soberano, no para jugar con nuestras vidas, porque su soberanía va de la mano con su amor inconmensurable. Es soberano para dirigir nuestros pasos hacia su corazón y su presencia. A veces permite que sucedan cosas, a veces nos permite entrar por caminos que no debíamos haber entrado, a veces nos permite probar el fracaso y la decepción, hasta la duda. Uno de los discípulos de Jesús nos enseñó que la duda no es del todo negativa, Tomas, su duda lo llevó a encontrarse con el Resucitado cara a cara. Pero Dios camina con sus criaturas para hacer de nuestra jornada y nuestro caminar una experiencia de formación, transformación y redención. Tu vida va camino al encuentro con el Dios que nos sorprende, que forja la vida donde no la hay, que abre caminos y ríos en el desierto y la soledad, que abre espacios para la vida abundante y que tiene un propósito para la vida de tu familia, aunque no lo estés viendo en su totalidad lo veras, Jehová cumplirá su propósito en tu familia. Pero para poder ver eso que anhelas, tenemos que orar, traer los nuestros al encuentro
La vida tiene sus experiencias diversas, muchas parecidas al Getsemaní, cuando la dificultad llega a nuestras vidas y sentiremos la incapacidad de salir por nuestras fuerzas. ¿Sabes lo hermoso del pasaje que leímos hoy? Que contamos con la solidaridad de nuestro Señor Jesús, quien no nos dejará solos/as en la dificultad, quien nos comprende en nuestra debilidad, por tanto, traigamos a nuestras familias al encuentro con el deseado de las naciones, salgamos al Getsemaní al encuentro del Dios que nos sorprende.
Llamado

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