logo Denominacional;

logo Denominacional;

lunes, 24 de enero de 2011

La Unidad, camino de trabajo, dedicación
1Co 1:10-18
Cuando me dirijo hacia Santa Isabel y no tengo prisa, me encanta irme por la carretera # 1, pasando por los sembradíos entre Juana Díaz y Santa Isabel. Me encanta ver el paisaje y sus contrastes, entre la tierra acabada de arar, el terreno en preparación para la siembra, el mar en la lejanía detrás de las siembras cerca de Capitanejo, las montañas que sirven como fondo de los sembradíos de Santa Isabel.
Pero siempre me ha estado curioso que en ciertas ocasiones, he observado una maquinaria especial que usan los obreros para queman las plantas, especialmente las de tomates y luego dejan caer el fruto al suelo. No lo recogen, lo dejan perder. Un día intrigado le pregunté a mi padre, quien es un excelente agricultor el por qué de esta práctica, el me explicó que muchas veces después del esfuerzo que significa sembrar, cuidar las plantas las mismas pueden dañarse con gran facilidad, especialmente por las plagas que están en el terreno o que vienen en el agua. Después de tanto trabajo, fácilmente la cosecha se puede perder.
Mientras estudiaba en la universidad tomé como parte de mi preparación un curso de degustación de vinos. Alguien preguntó el por qué habían vinos tan caros y otros tan baratos. El profesor que es sommelier, un experto en vinos de los que solo hay como 6 en nuestra isla, contestó que para obtener un vino bueno era un trabajo intenso, donde los factores de lluvia, suelo, sol y viento tenían que combinarse de forma casi perfecta para que el producto fuera perfecto. Alguien volvió a preguntar si esos factores eran naturales y no se podían controlar, ¿Qué tenía que hacer el agricultor? El profesor contestó, tiene que estar preparado para moverse de modo tal que pueda usar las cosas que no puede controlar a su favor. Preparar bien el terreno, tener buen drenaje, sembrar árboles que ayudaran a dar sombra en las cercanías, preparar un sistema de calefacción para el frio, en fin, no esperar que las cosas sucedieran para prepararse.
Las figuras de Dios como agricultor y de siembra para representar nuestra vida y nuestra relación con Dios son abundantes tanto en la Biblia hebrea como en la griega, el salmista dice que “el justo florecerá como la palmera, crecerá como cedro del Líbano, plantado en la casa de Jehová; Jesús compara el mensaje del Evangelio una semilla que es esparcida por el agricultor que puede caer en diversos terrenos, también Jesús dice que él es la vid (enredadera de uvas) verdadera, que Dios es el cuidador de la misma, y que cada creyente es un pámpano o racimo de uvas que debe dar fruto.
Dos cosas podemos entender acerca de nuestra vida como individuos y como comunidad de fe acerca de estos ejemplos:
1. Los seres humanos somos frágiles- nuestras emociones, experiencias, heridas del pasado entre otras cosas que podríamos mencionar, como terreno que recibe una semilla o al ser un pámpano que sebe llevar fruto que somos nos expone a nuestra vulnerabilidad o delicadeza. Cada ser humano podría estar a punto de dar frutos por la semilla del Evangelio pero confrontarse con su fragilidad y no dar ese fruto esperado por Dios. el enemigo podría bien robarse la semilla o usar otra persona para robársela y quitarnos el gozo y la paz que nos lleva al bienestar. La buena noticia es que estamos en las manos del mejor agricultor, en las manos del Dios de la vida quien te conoce y no va a soltarte hasta que complete la obra que quiere hacer en tu vida, pero tienes que mantenerte unido a Dios a través de Cristo, en comunión con él, porque como Jesús nos enseñó, “separados de mi, nada podrán hacer”. Si permaneces conectado a Jesús, no importa que pases por tiempos difíciles o complicados, mientras te mantengas unido/a a Jesús, el construirá de tu vida un árbol fuerte ya que Jesús vino según Isa 61:1-3, El Espíritu del Señor DIOS está sobre mí, Porque me ha ungido el SEÑOR Para traer buenas nuevas a los afligidos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, Para proclamar libertad a los cautivos Y liberación a los prisioneros; (2) Para proclamar el año favorable del SEÑOR, Y el día de venganza de nuestro Dios; Para consolar a todos los que lloran, (3) Para conceder que a los que lloran en Sion Se les dé diadema en vez de ceniza, Aceite de alegría en vez de luto, Manto de alabanza en vez de espíritu abatido; Para que sean llamados robles de justicia, Plantío del SEÑOR, para que El sea glorificado.
2. La unidad es muy frágil- ayer les decía a los estudiantes de la Escuela Teológica que un edificio tarda mucho tiempo, preparación y dedicación para construirse pero los que se dedican a demolerlos en unos cuantos segundos los tiran al suelo, solo le ponen explosivos en los cimientos y en fracción de segundos se viene todo al suelo.
Por tanto Pablo quien le escribe a la Iglesia de Corinto comienza desde su primer capítulo a advertirle que el mayor problema que tiene esa Iglesia y que es la raíz y razón de los demás es que no están cuidando la unidad, por tanto están haciendo vulnerables a los hermanos, especialmente a los más débiles o frágiles de la congregación. Como dice el tema de esta mañana la unidad es un camino de trabajo, dedicación y conversión. Pero hay que estar preparado para cambiar las cosas que pueden provocar que la semilla se eche a perder, hay que trabajar para transformar las circunstancias adversas en unas donde se pueda dar fruto (misión de la Iglesia):
1. Sean de un mismo sentir: en un pueblo como el nuestro que se ha glorificado el bochinche y el chisme (la Comay es el primer programa de la televisión) el texto bíblico nos llama a que seamos de un solo sentir y un mismo parecer, no de un mismo pensar, pero teniendo claro que el amor de Jesús y el propósito de hacernos un solo pueblo donde cabemos todos/as es la fuerza o cimiento donde construimos la voluntad de Dios y eso no se puede afectar o poner en riesgo por nada. En aquel tiempo la gente aducía “soy de Pablo, de Apolos, o de Cristo” para decir que eran mejores que los demás, ¿Qué cosas diremos hoy para sentirnos superiores, que podrían poner a riesgo esa unidad? En ingles hay una frase que dice “there’s no I in we” que si lo fuésemos a traducir al español tendríamos que decir “Yo no cabe en la palabra “nosotros”. La unidad que hay que trabajarla, dedicarse a ella nos requiere una conversión para que nos olvidemos del YO y nos dediquemos al nosotros/as. Eso requiere una autoestima saludable, que nos lleve a vivir sin esperar reconocimiento o recompensa inmediata. En el Reino de Dios no hay jugadores estrella, no hay hijos predilectos. En una edificación tan importante es la viga de acero como los tornillos, tuercas y arandelas que lo soportan. Cada pieza de terreno, cada semilla para Dios es importantísima, porque en cada ser humano, sea terreno o pámpano hay un potencial enorme de dar fruto abundante para Dios.
2. ¿está Cristo dividido? Nuestra sociedad está altamente fraccionada, altamente separada como hemos dicho en reiteradas ocasiones. La Iglesia no puede seguir las corrientes de este mundo que se divide, tiene que seguir el ejemplo de Cristo que une, construye la unidad entre el pecador y un Dios santo. Hay que unirnos a Jesús y unirnos al hermano/a para preservar el vínculo de la unidad. ¿sabe de quién Jesús se ocupó más en su ministerio? de los más débiles, porque si usted hace una pared y tiene una parte donde el terreno está débil, ese es el punto que usted tiene que reforzar. Si usted tiene alguna fortaleza en el Señor por los años que ha servido, por su personalidad que ayuda a otros/as a creer, su encomienda es fortalecer a aquellos que están más débiles, eso no es trabajo exclusivo del Pastor (si Dios te da las herramientas, te exigirá cuentas por la labor que tienes que realizar), si usted siente que no está muy fuerte su cimiento, su labor es acercarse a personas que le fortalecerán y le darán la mano, no es ser vencido por su debilidad, sino buscar fortalecer su vida en las manos de Dios que quiere ofrecerte vida abundante. ¿Por qué es posible lograr esto ante tantos escollos y dificultades que aparecen cada día? Podemos seguir adelante y construir la unidad porque
3. la Cruz de Cristo es poder de Dios para salvación- el propósito es que la comunidad que se esfuerza nos ayude a todos/as a experimentar eso que se llama vida abundante.
Te invito a que hagamos un compromiso, de juntos de conservar esa unidad con trabajo, dedicación que no lleva a la conversión.
Llamado

No hay comentarios:

Publicar un comentario